Dios nos da consejo de buscar la verdad en su palabra, pero si no la estudiamos, entonces vamos a caer en falsas doctrinas. No solo eso, sino que estaremos en una vida cristiana mediocre.
Juan 16:13 …El espíritu de Verdad os guiará a toda la verdad…
Muchas veces cuando leemos la biblia, vamos con presuposiciones o prejuicios, ya sea buscando refugio, respuestas, o tan solo una promesa para fortalecernos. Al tener una idea en nuestra mente que no esta clara, y no pedimos la dirección del Espíritu Santo. Lo más seguro es que nos equivocaremos en entender el mensaje.
Algunos pensamientos que llevamos como presuposiciones o prejuicios pueden ser:
- Coger un texto para defender mi idea, a pesar de que siento que no es del todo correcta, (Defender mi cabello largo siendo hombre, diciendo que Jesús o Sansón tenían el cabello largo, mostrar que las mujeres israelitas usaban joyas o adornos ostentosos…)
- Tomar textos para “reprender” a un hermano que cayó en pecado.
- Buscar un tema para “hablarle a la iglesia” y que aprendan cómo corregir el mal camino que llevan.
- Leer un pasaje pensando que les sirve más a los pecadores de afuera, o a los hermanos que están con errores.
- Escuchar la predicación o reflexión diciéndole a otras personas, ¿“Si escucharon?”, “Ese mensaje es para ti”, “Dios les está hablando”
Es cierto muchos de esos prejuicioso podrán ser refinados y puestos en armonía con la palabra de Dios y sobre todo con el mensaje de amor que tiene Dios con el mundo.
¿Pueden nuestras ideas estar en armonía con la palabra de Dios?
Claro que nuestros pensamientos pueden estar en armonía con la palabra de Dios. Solo si pedimos la ayuda del Espíritu Santo, ya que el siendo la persona divina encargada de inspirar la biblia, también podrá darnos el entendimiento para interpretarla. Además, solo el Espíritu Santo es quien puede abrirse paso para corregir nuestros limitados pensamientos.
Por eso Dios nos pide que escudriñemos (estudiar, reflexionar) sus escrituras, que en ella podremos encontrar la verdad, y esa verdad nos hará libres, no solo libres del pecado, sino libre de la venda que nos tiene el enemigo, para entender la palabra de Dios.